Durante el sueño pasamos por varias fases. La fase 1 y la fase 2, denominadas de sueño ligero, la fase 3 y la fase 4, de sueño profundo, y la fase REM. Durante la fase REM nuestro cuerpo esta inmóvil, lo que se denomina atonía muscular, a excepción de nuestros ojos, los cuales realizan movimientos muy rápidos, de ahí el nombre de esta fase: Rapid Eyes Movement (movimiento rápido de los ojos). Probablemente nuestro cuerpo permanece inmóvil para evitar que reaccionemos corporalmente ante lo que estamos soñando, es decir, es una medida de protección.
A veces cuando despertamos en fase REM, esta atonía muscular continúa, ya que no ha habido tiempo suficiente de procesar que ya estamos despiertos. Por lo tanto, nos encontramos despiertos pero sin poder movernos. Esto es lo que se denomina parálisis del sueño. Esta condición no suele durar mucho tiempo (dos-tres minutos) pero puede ser vivida con angustia por la persona que lo experimenta. Esta parálisis no afecta a funciones vitales como la respiración. Aunque a veces se puede tener sensación de asfixia, esta es consecuencia de no tener el control sobre tus movimientos.
Ahora bien durante la parálisis del sueño, en algunos casos, también pueden producirse alucinaciones. Lo cual hace que esta sea una situación aún más desagradable, si bien suele ser menos frecuente este tipo. Hay dos clases de alucinaciones relacionadas con el sueño: las alucinaciones hipnagógicas y las hipnopómpicas. Las primeras son las que se producen entre la vigilia y el sueño, es decir, cuando estamos quedándonos dormidos. El segundo tipo es el que se produce entre el sueño y la vigilia, es decir, cuando estamos despertándonos.
Estas alucinaciones no suponen ningún tipo de trastorno grave. Cuando se dan en la parálisis del sueño, suelen producir sensación subjetiva de que presencias extrañas o amenazantes están acechando. La parálisis del sueño con alucinaciones dura más tiempo, puede llegar a durar hasta ocho minutos.
Aunque la parálisis del sueño puede darse en cualquier persona en algún momento de su vida, hay factores que aumentan su probabilidad. Se suele dar con más frecuencia en pacientes con narcolepsia. Puede estar relacionado con la apnea del sueño. También es más probable que aparezca en personas con un horario irregular de sueño, en periodos de estrés.
Muchas veces el hecho de saber porqué ocurre ayuda a sobrellevar estas situaciones. Si alguna vez lo experimentas intenta no asustarte y tener claro que no corres ningún tipo de peligro. Es como si estuvieras teniendo una pesadilla, pero con los ojos abiertos, y como tal, acabará.
Nazaret García del Río. Psicóloga clínica y educativa.
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